
Arévalo fue un fenomeno social en los ochenta con sus chistes en cintas de casetes en las gasolineras, compitiendo con Marianico el Corto, Ramón o el mismísimo Eugenio, entre tantos, pero por desgracia se quedó anclado en el pasado con temáticas caducas, rancias y ofensivas, en cambio los chistes de Eugenio siempre perdurarán por su humos absurdo y atemporal.
Adiós a unos de los humorista de los ochenta Arévalo.



