
No es nada de extrañar estas declaraciones de un señor que reconoce en su libro » Dios los cría… y ellos hablan de sexo, drogas, España, corrupción…» haberse acostado con dos niñas de 13 años.
Sánchez Dragó cuenta que en Tokio salió del metro y se topó de frente «con unas lolitas de esas -ahora hay muchas- que visten como zorritas, con los labios pintados, carmín, rimel, tacones, minifalda…». «Las muy putas se pusieron a turnarse». «Las delincuentes eran ellas y no yo».