
En un País donde los jóvenes talentos no tienen futuro y tienen que marchar fuera van y nombran a una jueza jubilada (pero «femenista y progresista» de la época franquista) para el Tribunal Constitucional, y como no, elegida por el bloque conservador. Conclusión: La Justicia sigue secuestrada por los herederos del franquismo con el beneplácito del resto de partidos.