
Las amenazas de posibles sanciones deportivas de la FIFA han surgido efecto. A ver en que reglamento tienen escrito que por llevar un brazalete que no guste a los organizadores del Mundial te puedan sacar una tarjeta amarilla, una amenaza fantasma (como la mascota de los Mundiales). Infantino se ha vuelto en el Gran Dictador del fútbol moderno… Y mientras todos los paises participantes callan mientras se sienten oprimidos. Como diría la Ayuso: Cañas y Libertad.